El acicalamiento es uno de los rituales diarios más importantes del gato. Gracias a este ritual, podemos averiguar el estado de salud del gato y si tiene algún problema emocional. En el pelo del gato y en la forma de lavarse, hay muchas pistas sobre cómo se encuentra. Es importante saber que es un signo de buena salud si vemos que nuestro gato tiene el pelo impecable.
El cuidado del pelaje es algo muy importante para el gato, no solo para mantenerlo limpio, sino para mejorar su función. Los lametones ayudan a que el pelo del gato esté más suave y a que actúe mejor como capa aislante. Al limpiar el pelo se estimulan las glándulas de la piel, algo vital para conseguir la impermeabilización del pelaje del gato. Durante el ritual de acicalamiento, se estimulan a sí mismos para relajarse y sanarse.
Durante el acicalamiento, gracias a las espinas de su lengua, va arrastrando el pelo muerto que va perdiendo, lo traga y lo digiere, para eliminarlo posteriormente en sus heces. Además, en cada ritual de acicalamiento que realiza, se cubre de sus propias feromonas, que son importantísimas para su relación con el territorio y su grupo social. Si bañamos al gato, le despojamos de sus propias feromonas y podemos provocarle situaciones de mucho estrés. No es nada recomendable ni necesario bañar a los gatos, salvo casos excepcionales (por ejemplo, que se haya ensuciado con grasa de un motor, o baños terapéuticos recomendados por el veterinario).
El lamido entre gatos es una muestra de que existe una buena relación entre ellos. Este tipo de acicalamiento se suele desarrollar en cara y dorso. Afortunadamente, muchas veces nosotros somos incluidos y también recibimos una buena dosis de lametones.
Es una leyenda urbana eso de que a los gatos no les gusta el agua. Lo que no les gusta no es el agua, sino la persecución, acorralamiento, manipulación e inmovilización que implica el baño.
Si ves que tu gato deja de acicalarse, está muy sucio, con el pelo graso, con caspa, es que se encuentra mal, puede tratarse desde una enfermedad, dolor o hasta una situación de máximo estrés.
Recuerda: ¡Un gato sano y feliz se acicala todos los días y está limpio!
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